No queda paz en tus tierras
ni tu bandera es ya blanca,
aquel sol del mediodía
es frío
¡pero quemaba!
y la luna ya no trae
mareas a nuestra playa
– y mira que hasta ayer
lo hermosa que brillaba.
En nuestro jardín no hay flores
por más que yo las regaba
ni vienen ya las abejas
porque andan asustadas
– nada puede ya crecer
abonado en mar salada.
Y aunque antes nuestra cama
era toda risa y fiesta
se recoge ya la orquestra
sin pompa pero sin drama;
qué solución más funesta
la única que nos resta
incluso cuando se ama;
que a veces no es suficiente
entregar lo que se siente
si el pesar al cielo clama.
Este poema fue publicado en el libro Leyendo Poesía in London © Todos los derechos reservados. El libro puede ser adquirido en el menú Tienda.
Lee el poema «Nada» de @dominguezireig
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