En círculos rondo el porvenir de tus caderas
pisando los ritmos que danzan tus disfraces;
¿cómo será que de la nada naces
y aun al morir me desvivo, deshojando las esperas?
¿Cuál será la ley que hilvana tus encajes
y que rompe las costuras de mi caja de madera?
Son tus manos caprichosas las que rompen la baraja
y deciden a qué hora diligente el sol se pone,
marcan tiempo y el camino por el cual al fin asome
mi semblante, un tanto triste, si tu anhelo así dispone
– y así paso yo mis días, esperando por tus noches.
Luna soy, pues luna me haces,
y destellan mis suspiros con la luz que tú me arrojes:
si anocheces prenderé con la lumbre de otros soles
o seré oscuridad si la noche no la traes.
Y sol quiere ser la luna
para que nunca se apague
Este poema fue publicado en el libro Leyendo Poesía in London © Todos los derechos reservados. El libro puede ser adquirido en el menú Tienda.
Lee el poema «Para qué ser luna» de @dominguezireig
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